24/4/22

Quizá deba

entender de alguna manera, que mi cuerpo se mueve con dirección al universo, hace tiempo no me entristezco de tal manera que no sienta el corazón. Hubo días en los que sentí en lo profundo de mi pecho como si un abismo se retorciera en mi interior, intente de tal manera sacar a flote lo que sentía y como si una noche de hielo cubriera mi espacio, no permanecí. Quizá deba entender que era cierto y mi corazón era este triste poema que nadie más comprendió pero el latido permanece, la fuerza de la luz que rodea mi frente abraza mi pecho como si fuera otoño, he querido soltar para andar, y lo he logrado. Pero quizá deba entenderme humana antes que estrella, y pueda de esa manera entender el espacio que se eleva las luces que proyectan las ciudades y el porque del tiempo un sueño que se quiebra entre nosotros, quizá deba imaginar que vas y vienes, que vuelves pero te alejas no quisiera entender mi dolor, ni quisiera suponer que todo lo que percibo sea completamente cierto porque en definitiva me sentiría tan mal, tan triste por conocer a personas que no han sido en algún momento siquiera algo distinto a esto, que se rompe a cada día en las redes en los centros de comercio, en las reuniones de personas intentando vendernos cosas que jamás necesitamos o siquiera se han preguntado si podríamos vivir sin eso, ¿Cuántas caballerías de terreno, para cosechar aceite de las palmas africanas? ¿Cuàntas palmas africanas para entristecer un país, una comunidad entera? Podríamos vivir sin consumir aceite, azúcar o cualquier otro producto que dañe de manera permanente la integridad humana, el latido humano el sentir de un ser humano común, basta de falsedades y racismo, basta de voces que se quiebran mientras hablan cuando algo les importa realmente, basta; de manera que podamos seguir respirando porque a veces el aire es inrespirable pero nadie en definitiva tiene la culpa, sino todos en absoluta comunidad como si la vida no fuera eso una tremenda e inmensa comunidad que crece cada día la verdad siempre quiero sentir como siento, quizá deba aceptarlo y no esconderme en un falso deseo por querer dejar de sentir como siento, porque ya lo he meditado tanto y no es posible. Y es demasiado importante saber que no será posible porque la vida debe arder como fuego en medio de la sierra, en medio del fuerte calor y la gran noche, que nos ha seguido hasta que de alguna manera nuestra poesía: ya no sea tan solo nuestra resistencia sino nuestra vida misma, para que podamos vernos y sentirnos en paz con lo que vemos, para que ya no olvidemos como era nuestro rostro sino en la seguridad de todo esta primavera lo sepamos rotundamente. Quizá deba creer que algún día nuestras palabras sanarán heridas, crearán seres brillantes, pisarán la luna conocerán el espacio, y seguiremos sintiendo fuertemente y en todo el cuerpo. 


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