8/4/22

Es mi deber sentir

 Quizá no deba intentar imaginar distinto, estas son mis manos escribiendo lo nuevo, quizá no debí sentirte demasiado o quizá sí, de qué color es este invierno, que aún no es invierno pero es lluvia y de todas maneras, duele. Debí saber que este movimiento cambiaría mis pasos como si pudiera saber lo que pasará después porque lo sé pero aún no lo ordeno, ya no escribes y estas lejos, los caminos que tienen fin ofrecen una sensación diferente a los que sencillamente siguen y siguen y no se acaban nunca, esos caminos sin fin me aterran son espacios lejanos de planetas lejanos, ahora que ya no puedo escribirte simularé caminos que tienen fin me ven y se rien, los caminos no pueden reirse a menos que sean espacios vacíos de seres y cosas en dimensiones ajenas que nos ven desde lejos y se aturden, porque bien podemos aturdir personas seres o cosas estando lejos. Desde la prontitud de un posible hasta la idea de que pueda ocurrir, a veces también soy silencio un frío y tonto silencio, porque jamás podre revelar las fotografías invisibles que capture antes o en aquellos instantes donde la vida parecia azul, porque guarde mis poemas en el cuaderno azul y te escribí en el a cada instante pero jamás lo supiste mientras tantos cada día parecía existir pero en verdad me hundía una y otra vez, varias veces como si pudiera flotar logré salir  ahora tan solo soy pedazos y en cada pedazo me reconozco como quien no desea salir, ni existir pero si vivir, porque ahora el frío es diferente ya no duelen tanto los huesos, tan solo el cielo habla estando lejos y el tiempo se escribe poco a poco con prontitud, quiero salir pero de la manera de huír salir, en dirección al tiempo que nos presta sus alas, aparecer en sentido correcto aparecer, confiar de manera prescisa confiar en mi, en el latido que de alguna manera vendrá porque puedo sentirlo desde mucho antes desde mucho lejos, desde el azul de dónde también quisiera venir. 




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